Escribo y escribo, hablo del futuro. Estábamos todos esperándolo, lo echábamos de menos. Hablo de él en voz alta sin temor al que dirán. No menciono al pasado pues, ¿no merece la pena olvidarse por un momento de él? Sólo un instante, unos minutos que lo digan todo, que sean únicos. Mantengo mis ojos en el futuro, en mis sueños, en mi esperanza... es una gran recompensa. No me pierdo en los recuerdos trágicos, sólo en aquellos que me hacen reír, aquellos en los que pensábamos ser libres. ¡Tanto ha cambiado todo!
Creo en los finales felices, CREO en una vida llena de armonía... que llega a ser verdad. ¡Si no nos tropezáramos siempre en la misma piedra! Sigo creyendo y hablo del futuro porque de mí no oiréis más que palabras de calor, ánimo y vida. Somos futuro.
Hablan de la gente que piensa como yo, que vive la misma realidad, como si fuesen unos locos. Tenemos inquietud, corazón, alma... en vez de lo que cree estar demostrando la sociedad. El mundo es el que está verdaderamente loco. ¿Contradicción? Sí, la vida se está llenando de ellas.
Sigo escribiendo sobre el futuro, ojalá lo sintáis y creáis en él. Cuestionad y pensad sobre vuestro mañana pues lo viviréis.