Frases de Cine (Amelie)

Amélie, simplemente Amélie. Ese es el título de una película que significa para mí algo más que mi favorita. Es una película muy especial, que rompe con todos los moldes de la típica historia de amor. Una obra de arte llena de magia, pequeños detalles y amor incondicional. Su protagonista cambia su vida ante los acontecimientos de un trágico suceso, a partir de ahí comenzamos a conocer su verdadera historia. Empezamos a adentrarnos en su alma.

Amélie cambia las vidas de la gente de su alrededor, ¿y si ella cambiase la tuya?

Aquí os dejo muchos de los pequeños tesoros de frases de esta imaginativa obra cinematográfica:

"Son tiempos difíciles para los soñadores" 

"Sin ti, las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las de ayer"

"Me encanta este cuadro. Es "El almuerzo en el bote", de Renoir. He pintado uno cada año por los últimos 20 años. La parte más difícil son las miradas. La única persona que todavía no logro capturar es la chica con el vaso de agua. Está en el medio y afuera a la vez...

Quizá sólo sea diferente."

"Me encanta la palabra 'fracaso'. El fracaso es el destino humano... nos enseña que la vida no es más que un esbozo. Un largo ensayo para un largo programa que no se representará"

"Tus huesos no son de cristal. Tú puedes con los golpes de la vida. Si dejas que pase esta oportunidad, entonces, tu corazón se hará tan seco y frágil como mi esqueleto...

... ¿A qué espera? Ande, vaya a por él"

Frases de Cine (Big Fish)

Big Fish

"Hay momentos en los que un hombre tiene que luchar, y hay momentos en los que debe aceptar que ha perdido su destino, que el barco ha zarpado, que sólo un iluso seguiría insistiendo...

Lo cierto es que siempre he sido un iluso."

"Dicen que cuando al amor de tu vida, el tiempo se detiene. Y es verdad. Lo que no dicen es que una vez cuando se vuelve a poner en marcha, se mueve aún más rápidamente para recuperar el tiempo perdido."

" Lo fascinante de los icebergs es que sólo ves el 10%, el otro 90% está bajo el agua y no lo ves. Y contigo es lo mismo papá,  solo veo un trocito que sobresale por encima del agua."

¿Buscas la felicidad?

¿Sabéis? Busco la felicidad. Sí, la felicidad que todos anhelamos. No es una felicidad materialista repleta de fama y poder... No.

La felicidad la encuentro en los demás, en el mundo, en los pequeños detalles de la vida. Aquellos pequeños detalles que hacen de mi día a día una preciosa aventura por la que vivir. Pequeños detalles como una sonrisa que ilumina en los momentos más oscuros, unos ojos llenos de ese brillo que portan las más brillantes estrellas del firmamento, un gesto que lo diga todo... pero también una palabra cálida y atenta, que reconforta, que llega al mismísimo corazón.

Es una felicidad que la encuentro en mi alrededor cuando me contagio de la alegría de los demás. Cuando lloramos de emoción sin saber por qué o simplemente reímos como si no hubiese pasado el tiempo. La encuentro en los débiles, en las personas que no tienen voz... allí también reside la felicidad del dar y no esperar recibir. El ofrecer la vida hacia los demás sin excepción.

¿Buscas la felicidad? ¿Buscas a la vida?

Alégrate pues, la felicidad la encuentras siempre que te lo propongas porque, verdaderamente, reside en cada uno de nosotros.

Las ideas (basado en la película Origen)

Las ideas tienen una importancia vital en nuestras vidas. Implantamos en nuestra memoria una serie de principios que se quedan archivados por siempre. Esos principios se convierten en  nuestra razón y a partir de ellos, etiquetamos nuestra realidad en términos absolutos: lo bueno y lo malo, el todo y la nada... Son pocos de los muchos ejemplos de los que llenamos nuestra mente de interpretaciones sobre cuestiones que se alejan de nuestra percepción.

También con esta serie de ideas creamos nuestra propia realidad. Se nos enseña de una manera nuestra forma de pensar, nuestra cultura también influye en ello y nosotros mismos somos capaces de controlarnos o hacernos pensar lo que debemos.

Una idea, un recuerdo, un pensamiento puede controlar nuestra mente hasta límites insospechados, se adueña de nuestra realidad, convirtiéndose en parte de ella.

Una idea además, es como un virus, puede definirte o destruirte. Si una idea negativa (por ejemplo un trágico recuerdo) se adueña de nuestro presente, dañará nuestra realidad lo que nos hará vulnerables a nuestra propia catástrofe emocional y de nuestro mundo subjetivo, de nuestro exterior. Trastocará nuestra realidad e irá destruyendo nuestro alrededor poco a poco, convirtiéndose ese recuerdo o esa idea de culpabilidad en nuestra única realidad.

Cuando almacenamos recuerdos y nos estancamos en el tiempo, pensando en aquellos momentos pasados, creamos una cárcel de recuerdos que nos impide centrarnos en nuestro presente. Una idea negativa que se haya almacenado nos impide ver con claridad y termina destruyéndonos.

Las ideas negativas que podemos incubar pueden estar llenas de prejuicios, subjetividad. Esta película nos ayuda a originar ideas que nos hagan cambiar nuestro rumbo hacia una evolución.

Sin embargo, si nuestras propias experiencias o ideas positivas consiguen vencer aquellas ideas negativas, nos definirán y formarán parte de nosotros mismos. Nos moldean y nos hacen ser menos vulnerables al desastre.

Somos como somos, seres que portamos ideas, pensamientos, recuerdos... somos únicos y tremendamente especiales. Podemos llegar a ser vulnerables, sensibles, débiles pero, nuestros principios y forma de pensar crean aquella fortaleza en la que nos refugiamos y protegemos de la marea de nuestro alrededor (emociones negativas). Aquellas ideas que archivamos en nuestro interior pueden ser o no,  imposibles de erradicar. Pero, esta conclusión me lleva a un tema muy relacionado: Los cambios.

¿Podemos cambiar nuestra forma de pensar? ¿Cambiar nuestras ideas o nuestra forma de ser? Creo que es lo más difícil que el ser humano puede realizar. El cambio supone un gran reto para cada uno de nosotros. Pero, si nos aferramos a una idea de evolución positiva, podremos crecer en  nuestro camino.

Noches en vela

No puedo dormir... Creo que podré soñar esta noche pero, no puedo. Los miedos turban mi descanso e intento alejarme de ellos. Pasan los minutos, las horas... y aparecen de nuevo. Vuelven, con más fuerza, con más ahínco, más claramente. ¿Podré descansar alguna noche?

Respiro y con gran agitación busco en cada uno de los estantes hasta dar con el libro perfecto que parezca que crea comprenderme, que pueda escucharme. Adoro los momentos en los que el silencio se apodera de la noche y un buen libro me acompaña en los sueños. Leo y releo cada una las frases que me han hecho volar en los tiempos de tempestad. Repito mentalmente sus palabras y cierro los ojos. Expiro e inspiro... mis latidos se vuelven cada vez más lentos. Creo que ha llegado la calma por fin a mi mente.

Trato de olvidar, de fluir, de dejar de pensar malgastando mi energía... Escribo todo lo que necesito para poder por fin desahogarme, para ser libre y pensar sin límites. Vuelvo a cerrar los ojos, apago la luz y sueño con la última palabra que pude leer del libro...

PRESENTE

Lo viviré. Esta es mi promesa.

Aquella estrella que siempre brilla

Sí, hallo momentos de esperanza en la oscuridad. Me llaman soñadora pero no creáis que soy la única. Casi todos mis escritos, por no decir en todos, llaman a la esperanza, al cambio, al positivismo... porque, tras momentos en los que te encuentras en un hoyo tan profundo del que crees que nunca encontrarás la salida, existe una luz tan potente y omnipresente y, esa la esperanza.

La esperanza de que el mañana sea un día mejor. La esperanza del cambio. La esperanza en la vida.

La esperanza es aquello que nunca nos hará caer. Es aquella luz que la hacemos brillar con nuestros sueños y nuestra ilusión frente a la vida. Porque, como bien dijo Antonio Machado:

"Hoy es siempre todavía"

Esta frase significa para mí muchas posibilidades. El presente es nuestro, por lo tanto, siempre podemos cambiarlo, llamar a la esperanza. Todo depende de nosotros para marcar esa diferencia en nuestro día a día. Si nos lo proponemos podremos alcanzar aquella realidad que tanto ansiamos.  Hoy es siempre todavía porque sólo vivimos la eternidad del presente, mientras dura.

Un abanico de cambios se encuentran en nuestro camino, sólo debemos de caminar con ellos guiados de aquella estrella que siempre brilla... La esperanza.

El lugar de las maravillas

Este es el comienzo de la historia que he hecho para un concurso de relatos. El tema para participar era "Las maravillas". Yo, en este relato, he decidido hablar de aquel lugar con el que todos deseamos, un lugar donde se encuentran nuestros sueños y deseos... el lugar de las maravillas. Si queréis leer más, pronto haré un blog dedicado solamente a este relato si tiene la suficiente acogida. Espero que lo disfrutéis y junto con Alice, encontréis el mejor lugar del mundo.

 PRIMERA PARTE

Era un precioso día de verano en el pequeño pueblecito de New Hampshire, Estados Unidos. Los pequeños jugaban en el parque junto con sus abuelos mientras aprovechaban el poco tiempo que les sobraba para poder echar una tranquila partida de cartas. La señora Filibuster había salido al jardín con mejor cara después de haber estado semana y media confinada en su propia casa. Al parecer creía haber tomado una extraña enfermedad proveniente de un remoto país... O tal vez una enfermedad neurótica. Sí, era hipocondríaca. A Alice le gustaba observar cualquier detalle de su exterior desde su cuarto mientras apuntaba en su diario sus pensamientos e historias. Era un modo de olvidarse de sí misma por unos momentos para convertirse en un simple espectadora o narradora de la acción. Según se mire. Pero hoy no, hoy se estaba dedicando enteramente a dibujar lo que podían ver sus ojos aquella cálida tarde, hasta que un sonido proveniente de la calle la llevó al mundo real. El cartero había llegado a la puerta de su casa. Sí, os podréis imaginar lo de todos los días: traen cartas para todos los miembros de la familia menos para ti y, generalmente suelen ser facturas o publicidad. Pero no, esta vez el cartero había traído un paquete lo considerablemente grande como para sorprender a Alice. Ese mensaje iba a cambiar su vida.

Cerró su cuaderno con la misma rapidez con la que se calzó dispuesta a correr como nunca y bajar las escaleras. La encantaban las sorpresas. Un escalofrío de sensaciones se apoderó de ella, ¿quién podría ser? Hace el suficientemente tiempo como para que Alice se sintiera lo bastante sola, su padre marchó de casa y nunca volvió. Fue un golpe lo bastante duro como para hacerla llorar todo el verano. ¿Qué haría sin él a partir de ese momento? ¿Cómo serían las cosas a partir de aquello? Tantas confidencias, tantos momentos vividos... tantas lágrimas derramadas. Ya nada volvería a ser igual sin su padre, parte de su sangre. Sabía que su madre y su padre nunca llegaron a amarse verdaderamente pero siempre imaginó aquel cuanto de hadas donde el amor siempre vence. Le mandó postales y cartas pero él nunca la contestó. Alice no quiso derramar una lágrima más pero perdió la esperanza de que algún día volviese. Se habría olvidado de ella.

Cuando llegó tan apresuradamente que casi resbaló con una de las alfombras, allí se encontró con aquel paquete que reposaba en el mueble del recibidor. Su madre la miró con atención desde la cocina para poderla ver disimuladamente.

- Alice, es para ti. Pero no pone el nombre de quien te lo ha mandado. No te desilusiones cariño.

Observó cada minucioso detalle de aquel misterioso paquete. Fue entonces cuando comenzó a dudar de abrirlo. Estaba envuelto en una especie de tela, fechado en numerosos países por el distintivo de los logos. Parecía chino, árabe, inglés... Le entró una grandísima curiosidad. Cogió el paquete y se lo llevó a su habitación cuando oyó el sonido del teléfono. El paquete pesaba una barbaridad. ¿Qué podría llevar? Tantas posibilidades surgieron en la mente de Alice que muy pocas razonables parecían ser ciertas. Cuando por fin llegó a su cuarto, lo tiró encima de la cama y comenzó a abrirlo con una cuidadosa expectación. Era una maleta.

Un mensaje se encontraba encima de ella:

Querida Alice,

Aunque estés confusa, terminarás entendiéndolo todo si sigues cada una de mis indicaciones. Crees no conocerme y yo creo conocerte, pero tranquila pequeña Alice, todo esto lo hago por tu bien porque este mensaje va a cambiar tu vida.

Un viaje cambiará tu vida.

Claramente, este viaje lo tendrás que comenzar tú sola. Para ello, no quiero que cuentes a nadie a dónde te diriges ni qué es lo que vas a  hacer ¿prometido?

Vas a abrir la maleta, allí encontrarás un billete de tren con un destino que más tarde conocerás, no te alarmes. Abre bien los ojos y guíate por tu espíritu, esas son las dos pistas que te harán llegar al  lugar correcto.

"¿Por qué he de tomar este tren?" Te preguntarás. Pues bien caminante, este tren se toma solo una vez en la vida y te transportará al lugar que más ansías: El mejor lugar del mundo.

Un lugar donde nuestros sueños se hacen realidad, un lugar donde la felicidad es tan tangible y real... un lugar único y especial. Donde todo es posible. Una maravilla.

Para ello, llena tu maleta de aquello que creas conveniente pues este será un viaje largo y duro. Partirás al amanecer cuando aquellos rayos de sol que tanto ansiaste plasmar en tus dibujos te despierten del bello placer del sueño. Toma el tren en la estación y, como te dije, sigue las dos pistas que te harán llegar.

Buena suerte.

¿El síndrome de Peter Pan?

¿Quién no ha sentido la fugacidad del tiempo? ¿Quién no se ha sentido a veces demasiado pequeño para el gigantesco mundo que le rodea? ¿Quién no ha dicho "Me quedo como estoy"?

Hoy hablamos del tiempo, de la fugacidad de la vida y cómo ésta pasa delante de nuestros ojos. Debemos saber emprender nuestro tiempo y aprender del día a día, porque cada oportunidad es única. Nuestras experiencias en la vida nos moldean y nos hacen cada vez mejores personas. Por ello, debemos saber crecer. Cuando hablo de saber crecer, me refiero a aprender de la vida, a seguir adelante en el camino, a equivocarse y volver a levantarse, a asumir los riesgos y arriesgarse cumpliendo nuestros sueños usando el corazón. 

Somos como somos, crecemos cada año y el tiempo nos ofrece a cada uno una guía especial. Tenemos una vida, empleemos de ella nuestro 110% para emprender con ella maravillas. Podemos llegar a ser eternos jóvenes de espíritu. 

Nunca os sintáis mayores para todo, todos estamos aprendiendo, todos estamos creciendo... Pero nunca dejéis de crecer, nos os estanquéis en el tiempo. 

El tiempo es un compañero que tenemos a nuestro lado y, día a día nos da de la mano ofreciéndonos su preciado tesoro humano. Tenemos que saber aprender de él porque, nos acompañará siempre, tanto en los momentos malos como en los buenos. Sanará nuestras heridas y enseñará a quienes se sientan perdidos.

Palabras

Palabras de amor, odio...

¡Qué gritamos a los cuatro vientos!

Que guardamos en nuestro corazón.

Tristes, felices pero bellas, son palabras.

Palabras llenas de ira y venganza,

que se alimentan del espíritu y,

envenenadas, carcomen el alma.

Tan humanas pero ¿cómo remediarlas?

Palabras de ánimo, felicidad,

e incluso imaginadas con una sonrisa,

aunque sean por escrito...

¡Qué placer poder verlas!

¡Qué placer ser parte de ellas!

Palabras que viven por siempre,

sin poder llegar a ser arrebatadas

pues ya son parte de nuestras vidas.

Las imaginamos como un retrato,

una escena, una vida, un todo...

pues, ¿qué seríamos sin ellas?

Alimentémonos de aquellas vivas,

aquellas que nos hacen volar,

aquellas que nos aportan alas.

Ofrezcamos cálidas palabras,

seamos luz, compartamos el ser,

el ser de vivir y ser poesía,

o ser una simple palabra de amor.

Una palabra que lo diga todo.

Bombea y palpitan los escritos,

los versos y los libros,

que acogen hiladas maravillas,

son trozos de un ser humano.

Un ser que plasma sus emociones,

un ser que expira e inspira belleza.

Son sus palabras, son parte de él.

Palabras escritas por siempre,

en un corazón de tinta...

que bombea y sí, palpita,

palpita los escritos del alma.

Nada es imposible

Buen día y aún más buen Mayo,

Soñadores, hoy quería compartir con vosotros el testimonio de un gran hombre, de una gran alma, Nick Vujicic. Un hombre que nació sin piernas y sin brazos. ¿Cómo le puede pasar eso a una persona? Sucedió. A lo largo de su vida preguntó y preguntó a sus padres y a los médicos pero no sabían la razón. A pesar de ello, nunca se rindió, a pesar de no poder hacer las mismas cosas que los demás, él continuó. Actualmente se dedica a dar charlas de motivación personal por todo el mundo, contando su testimonio y aportando emocionantes palabras y consejos para la vida. 

No hace falta que os cuente más, tenéis que ver una de sus charlas. Impresionantes.

Además, trabajó en el proyecto cinematográfico: "El circo de la mariposa". Un corto bellísimo sobre la vida y sus oportunidades. 

¡Disfrutadlo soñadores!